La sangre llegó al mundo del espectáculo.
Por Janinne Pérez González
En nuestro país se está volviendo una especie de costumbre lidiar diariamente con las noticias de hechos delictivos, y hechos de sangre, sometiéndonos en una constante incertidumbre de que si llegaremos vivos o no a nuestras casas al final de la jornada.
Y de alguna u otra manera, el mundo del espectáculo siempre fue una especie de escape de tantas malas noticias, la gente busca entretenimiento en los diarios de farándula, acude a los eventos para tratar de disfrutar un poco de lo bello que tiene la vida, pues siempre dijimos que el arte, en todas sus formas, es el lenguaje del alma. Sin embargo, con lo que pasó, el mundo del espectáculo queda manchado de sangre, sangre de una de las mediáticas más solicitadas de los últimos tiempos; Cristina “Vita” Aranda. Pero no hablo del luto solo por la irreparable pérdida de Vita, sino porque la inseguridad logró penetrar con todo su esplendor en un festival que se suponía, sería “el evento del año”, y lo consiguió anotando su nombre y su fecha con sangre.
Así también, los comisarios de la zona señalaron que por tratarse de un evento privado, la policía solo resguardó el exterior. No sé cuál sería el protocolo de dicha institución en estos casos, pero supongo que al tratarse de un evento masivo, deberían rever sus protocolos e involucrarse más. Lo sucedido también deja ver que estamos muy lejos de las buenas prácticas de seguridad y prevención.
Escuché decir a muchos, “ahora ya nadie se va a querer ir a los conciertos”, no sé si ese veredicto tan radical se cumpla a cabalidad, pero sí estoy segura de que el miedo y la impotencia se instaló en la ciudadanía, y todo gracias a que no tenemos garantías, estamos a “la buena de Dios”, se supone que nuestras autoridades deben velar por la seguridad de los ciudadanos, pero no lo hacen, tenemos un ministro INCOMPETENTE que tiene la osadía de decir que “la sensación de inseguridad” es obra y gracia de la prensa, que según él, somos nosotros los periodistas quienes nos encargamos de dar este tipo de informaciones generando zozobra en la población.
Y es muy probable es que, si seguimos así, al espectáculo le pase lo que le pasó al fútbol, que, debido a la excesiva violencia en las gradas, los hinchas dejaron de acudir a las canchas como lo hacían antes, las familias, por temor optaron por resguardarse en sus casas que exponerse a cualquier tragedia.
No sé en qué termo vive Arnaldo Guizzio, no sé en qué caja de fósforos viven nuestras autoridades en general, que no se dan cuenta de lo que tenemos que sobrellevar día a día, asaltos en las esquinas, tráfico de estupefacientes, asesinatos, y apenas empezó el 2022 y ya se registraron 28 hechos de sicariato, y aún así, esta gente encargada de velar por nuestra seguridad; sigue rascándose a dos manos mientras nosotros tenemos que estar sorteando nuestra vida en un país que está a milímetros de convertirse en la Colombia de Pablo Escobar.
Nuestras autoridades “buenas para nada”, son las responsables de que Paraguay sea el puesto de comando del crimen organizado, los criminales extranjeros huyen de sus países y vienen a resguardarse en el nuestro como si nada, andan como “Juan por su casa” e instalan sus “empresas” extendiendo la red de criminalidad en todo el territorio nacional, adoptando “pupilos” y adueñándose de esta tierra que lo único que hace es padecer todos los males y las plagas de los últimos tiempos (corrupción, pobreza, falta de educación, delincuencia, etc. etc.).
El año pasado, una de las instituciones que sufrió un recorte presupuestario fue el Ministerio Público, y justamente, es una de las involucradas en la seguridad. Entonces, esto nos deja ver aún más, que a los gobernantes la seguridad ciudadana les importa un comino, pues no hay políticas serias para pelear contra la delincuencia, nuestras cárceles solo sirven para que los criminales salgan con masterados en hechos delictivos, tenemos un ministro del Interior negacionista, que se reúsa a ver la realidad y a trabajar como debe ser, y, por si fuera poco, tenemos a la corrupción instalada en las venas de las instituciones públicas.
Me pregunto ¿hasta cuándo? ¿cuántas muertes más debemos registrar para que nos despertemos? ¿Cuál sería la solución real? Nos dicen que tenemos el poder en las urnas, pero lastimosamente, como el cáncer de la corrupción ha hecho metástasis en prácticamente todo el sistema, nos genera una impotencia y a muchos, incluso, les roba las esperanzas de que aún podemos mejorar.
Yo por mi parte, aun espero que con todo mi corazón que nos despertemos, nos demos cuenta de que en nuestras manos está la posibilidad de cambiar este país, no será un proceso fácil, ni tampoco será de la noche a la mañana. Pero estoy segura de que una vez que el gigante al que llamamos “el pueblo” se levante será imparable, pero no es despertarnos y plaguearnos en twitter solamente, es levantarnos y pelear en todas las instancias que nos toca, y reafirmar en las urnas. Recordemos que estamos en un periodo electoral, así es que esta es nuestra oportunidad.
#JusticiaparaVita
Vamos Paraguay….